Me ha legado la increíble y triste noticia de que, este año el FITEI, no recibirá ayuda financiera del gobierno. Me parece increíble porque, durante todos los años que he asistido al FITEI, que son muchos, he podido darme cuenta de la importancia que este festival tiene para la cultura y las artes de Oporto. El FITEI ofrece espectáculos provenientes de todos los rincones del mundo y propicia eventos culturales que llegan no sólo al público que asiste a los teatros, sino también al ciudadano común que transita por las calles y plazas de la ciudad. Con gran emoción, he sido testigo de la felicidad que el FITEI transmite a la gente de Oporto, a sus niños y a adultos de todas las edades. Me es muy difícil pensar que el gobierno no apoye al FITEI si consideramos y valoramos todo lo que brinda a la comunidad portuense. No puedo convencerme que uno de los pocos eventos culturales y artísticos de la ciudad se vea truncado por la falta de apoyo del gobierno, que tiene como una de sus más importantes misiones, resguardar y desarrollar la cultura y las artes de un país.
Como investigador del teatro iberoamericano, el FITEI se ha convertido en una fuente fundamental que me ha permitido estudiar las distintas expresiones teatrales del mundo iberoamericano, africano y de otros países. Constituye para mí una fuente fundamental porque el FITEI trae grupos que son representativos del arte y cultura de sus países, todos seleccionados con rigor, y sobre todo, porque el FITEI me brinda la oportunidad de dialogar con directores de teatro, actores y escenógrafos y, de este modo, dar a mis estudios una amplitud que me permite apreciar mejor no sólo los espectáculos representados, sino también el proceso de su creación, de cómo llegan a concretizarse en su expresión escénica. Numerosos de mis trabajos académicos sobre teatro iberoamericano provienen del FITEI. En revista de teatro de los Estados Unidos y del mundo iberoamericano, he escrito crónicas y artículos y a través de ellos, destacado el estatus internacional que el FITEI ha adquirido en sus 35 años de existencia. Por esto me resulta incomprensible que el gobierno le niegue su apoye. Con esta decisión, el gobierno está truncando el mantenimiento y desarrollo de una importante y fundamental institución que vela por la cultura y arte del país. El gobierno está privando a los ciudadanos de tener acceso a una de las pocas formas de entretenimiento y de formación cultural que sobreviven en estos momentos de crisis. El gobierno debe apoyar y estimular el esfuerzo y entusiasmo de sus organizadores que, a pesar de las dificultades, han logrado mantener el nivel de excelencia de este festival, que es el de su pueblo. El gobierno debe facilitar su labor en vez de entorpecerla. Comprendemos que el gobierno ha tenido que realizar una serie de ajustes presupuestarios para salir de la situación económica que vive el país, pero no podemos aceptar su decisión de negar al pueblo, el más afectado por dicha crisis, momentos de esparcimiento y de felicidad que les son cada vez menos.
Por tanto, apelo al gobierno a reconsiderar su decisión y otorgar al FITEI los fondos necesarios para su realización así como lo ha hecho durante los 35 años. El gobierno no puede abandonar a una institución que, repetimos, le ha hecho tanto bien a la ciudad. Le pido al gobierno que mida las graves consecuencias que su decisión traerá para Oporto, ciudad que el FITEI ha dado a conocer por todo el mundo iberoamericano, africano y europeo y ha hecho que muchos visitantes extranjeros vengan a ella atraídos por sus ofertas culturales y artísticas.
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